El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. (Miguel de Cervantes Saavedra, 1547-1616)




25 d’oct. 2011

Comentario de "Milagros de Nuestra Señora", Berceo

Y aquí tenéis un milagro de la obra "Milagros de Nuestra Señora" de Gonzalo de Berceo que tenéis que comentar (Comentario de texto para 1º de bachillerato A, para entregar el lunes 7 de noviembre; y para 1º de bachillerato B para el viernes 4 de noviembre).


MILAGRO XI

EL LABRADOR AVARO

270 Había en una tierra - un hombre labrador,
que usaba de la reja - más que de otra labor;
más amaba la tierra - que amaba al Criador;
era de muchos modos - hombre revolvedor.

271 Hacía una enemiga, - hacíala en verdad:
cambiaba los mojones - por ganar heredad;
hacía en todas formas - tuertos y falsedad,
había mal testimonio - entre su vecindad.

272 Quería, aunque era malo, - bien a Santa María,
oía sus milagros - y todos los creía;
saludábala siempre, - decíale cada día:
«Ave gratia plena - que pariste a Mesías.»

273 Finó el arrastrapajas - de tierra bien cargado,
en soga de diablos - fue luego cautivado;
lo arrastraban con cuerdas, - de coces bien sobado,
el duplo le pechaban - el pan que dio mudado.

274 Doliéronse los ángeles - de esta alma
tan mezquina por cuanto la llevaban - diablos tan aína
quisieron acorrerla, - ganarla por vecina,
mas para hacer tal pasta - menguábales harina.

275 Si les decían los ángeles – de bien una razón,
ciento decían los otros - malas, que buenas non;
los malos a los buenos - teníanlos en rincón,
la alma por sus pecados - no salía de prisión.

276 Mas levantóse un ángel, - dijo: «Yo soy testigo,
verdad es, no mentira, - esto que ahora yo os digo:
el cuerpo, el que traía - el alma ésta consigo,
fue de Santa María - su vasallo y amigo.

277 Siempre la mencionaba - al yantar y a la cena,
decíale tres palabras: - Ave, gratia plena.
La boca que decía - tan santa cantilena
no merece yacer - en tal mala cadena.»

278 Apenas que este nombre - de la Santa Reína
oyeron los diablos, - huyeron tan aína,
derramáronse todos - igual que una neblina,
desampararon todos -la pobre alma mezquina.

279 Los ángeles la vieron - ser tan desamparada,
con los pies y las manos - de sogas bien atada,
estaba como oveja - que yaciera enzarzada;
fueron y condujéronla - junto con su majada.

280 Nombre tan adonado, - lleno de virtud tanta,
el que a los enemigos - les persigue y espanta,
no nos debe doler - ni lengua ni garganta
que no digamos todos: - Salve, Regina sancta.



Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, ed. Joaquín Benito de Lucas,
Barcelona, Editorial Bruguera, pp. 85-87.

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